Reseña: Riptide
Editorial: Red 5
Año: 2018
Guion: Scott Chitwood
Dibujo: Danny Luckert
Color: Ronda Pattison
Grado: C+
Reseña: Hugo C
Ya he contado alguna vez que me gusta el cine catástrofe, esas películas con edificios en llamas, asteroides asesinos o barcos que se hunden y en cada una de ellas un surtido de personajes de los cuales algunos sobrevivirán y muchos no. Y no hace falta que diga que, como a todos los que frecuentamos este blog, me gustan los cómics. Por lo tanto, si una miniserie de 4 números me cuenta una historia que es una mezcla de The Day After Tomorrow (2003), Deep Impact (1997), Titanic (1977) y The Poseidon's Adventure (1972), no hay manera de que no la lea de una sentada y la reseñe.
Un asteroide se acerca a la Tierra. No hay riesgo de colisión, ya que va a pasar a aproximadamente 4.6 veces la distancia que hay de la Tierra a la Luna. Sin embargo, este asteroide, denominado Charybdis por los astrónomos, es distinto a los que se han visto hacia ahora ya que tiene una fuerza gravitacional autónoma tan fuerte que se espera que afecte las mareas en la Tierra de manera similar a como lo hace la Luna, pero con mucha mayor intensidad.
¿Qué significa esto en la práctica? Costas inundadas en el hemisferio sur (Chile, Brasil), y en el hemisferio norte, una bajamar seguida por múltiples tsunamis de dimensiones nunca vistas. ¿Cuándo esperan que comience? le pregunta un supervisor de la NASA al científico que le acerca la información. La respuesta es: en este momento.
Y así, vemos que, mientras llegan noticias de ciudades inundadas y regiones enteras desaparecidas bajo el agua, en otras áreas el agua desaparece y los barcos encallan y se pone en efecto una evacuación de las áreas costeras ya que en menos de cinco horas una muralla de agua de altura inconmensurable arrasará con ciudades y regiones enteras.
Entretanto, a 100 millas de la costa de Louisiana, el crucero Fidanza recibe el impacto de la repentina sequía y encalla, pero queda al borde de una fosa abisal y a los pocos minutos el transatlántico comienza a deslizarse hacia su destrucción. Algunos pasajeros consiguen saltar antes de que el barco se precipite, pero la mayoría de ellos –incluida la tripulación– muere. Y para los sobrevivientes aún queda el problema de cómo llegar a la costa antes de que el océano regrese y los sepulte…
El surtido de personajes es más o menos el habitual: un quejoso que riñe a cada instante con su mujer que no lo soporta, un par de turistas chinos que no hablan inglés, un pelado con dos críos traviesos, tres amigas adolescentes, etcétera. También hay una subtrama con un piloto de helicóptero y su familia, algo que de alguna manera es esperable en esta clase de relatos. Sin embargo, el escenario es inusual y también lo son los peligros y las alternativas para sortearlos. Hay una o dos cositas que tal vez sean un poco forzadas y cerca del final hay un deus ex machina grande como una camioneta, pero en general la historia está bien. Bien, hasta ahí.
Por otra parte, el arte por ordenador de Danny Luckert no es malo aunque sí mediocre y en todo caso bastante soso, con algunos errores de Photoshop –distorsiones, errores de proporciones o tamaño atribuibles a un mal copiado/pegado, etcétera– que dan vergüenza ajena, pero en general la parte gráfica de este cómic es tan genérica que no interfiere con la historia. ¿Recomiendo esta miniserie? Sí, pero no esperen más que un rato de entretenimiento. ¡Nos vemos en otra!
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