Imágen de Comicrítico
Por: Alfredo Illescas
Las reglas modernas de la escritura de comics dan una serie de consejos. Una buena fuente es youtube. Mi comentario lo hago en el papel de audiencia, es decir como alguien que lee desde hace muchos años (más de 50) que ha ido notando cambios notables que también han ocurrido en mi persona al pasar de las ciencias -que todavía son mi pasión- a hacer estudios máster en literatura y volver a hacer otro en ciencias de informática. Este comentario trata de ir más allá del simple hecho de los costos. Es estructural y significativo que los comics eran definitivamente muchísimo más económicos (en Norteamérica el costo de un comic era 10 centavos, aunque de menos calidad de materiales que los actuales de alrededor de 4 dólares de muchísimo mejor impresión).
Desde inicios de los 1960s que empecé a leer a Marvel, DC, Walt Disney así como igualmente en español, con las editoriales Novaro, La prensa y Gutenberg pude apreciar las diferencias de estilo en Latinoamérica y norteamérica. Novaro en México venia editando comics estadounidenses desde los 1950. Por su parte, en Argentina, Columba empieza con Intervalo en 1945 y Dartagnan en 1957, de acuerdo con wikipedia. En los 1970s y en el caso de la editorial Columba con Robin Wood en los 1970 y 1980 de manera recurrente, el material es tremendamente denso, orientado a temas de reflexión minimalista; obviamente presentado a otro tipo de público/ edad.
Si escogemos como ejemplo a Gilgamesh (del que se mencionó en este foro) que es emblemático, tomemos al azar el número 48 (segunda serie) llamado “La primera gloria” que narra una exploración al planeta y el descubrimiento de una nave espacial abandonada. La primera viñeta tiene 33 palabras y en total la página contiene 7 paneles con 205 palabras en esta página. No se piense que es un caso especial de las 10 siguientes, porque la segunda contiene 10 paneles y 284 palabras con número significativo de palabras largas de 9 o más letras, algunas de las cuales se repiten, en mi humilde opinión, de manera innecesaria. Esta situación no es propiedad exclusiva de Wood, porque se observa en la verborrea de Stan Lee que felizmente salvaba Jack Kirby con una dinámica cinematográfica.
Claro que cuando se es niño en los 1960, lees feliz a los superhéroes por su originalidad. Al parecer se pagaba al escritor en la editorial Marvel por palabra escrita en el comic. Si tomamos el primer número de Fantastic Four en idioma original, encontramos en la primera página (llamada Splash en el mundo de la historieta) que contiene 5 paneles con 126 palabras como total de página con algunos paneles extremadamente cargados. Al parecer, el pago era por palabras como lo recordaba Starenko que en su primer número de Nick Fury agente de Shield, no se le quiso pagar, porque las primeras páginas no contenían palabra aunque la acción indicaba claramente lo que ocurría.
¿Seria eso el factor determinante, la semilla de su fracaso? Hoy una película de Marvel-Disney tiene muy pocos diálogos y mucha acción para recaudar casi dos billones de dólares estadounidenses que demuestra el gusto de la audiencia como un cambio significativo. Claro que el negocio de los comics tuvo un auge capaz de vender mas de 55 millones de copias en un año en el caso de Marvel. Pero está claro el cambio de estilo (posiblemente cambio de edad del mercado deseado). Hoy cualquier taller enseña tanto para novelas como para comics “si no quiere que el lector no abandone por falta de tiempo de lectura no hagas una novela victoriana de 1000 páginas cuando se puede hacer en 100”. En lo personal les doy la razón porque ver una novela de más 300 páginas asusta leerla. Hemos dejado atrás María de Jorge Isaac (con respeto a su calidad innegable) para entrar a la era sintética para bien o para mal. ¿Eso asegura mercado? Depende del lector. Por un lado, el precio definitivamente me aleja de una compra regular en la actualidad (de niño mi propina semanal como hijo me alcanzaba para más de 10, hoy solo compro miniseries una vez al año).
Pero Gracias a Arsenio sin precio puedo leer muchísimo más. ¿Y las mangas? Pongamos un ejemplo de un manga de muy buena calidad que felizmente se encuentra en Arsenio como I¨s de Sakazu Katsura volumen dos pagina 2 cuya acción es clara: los dos caracteres se miran (se quieren en secreto pero no son capaces de decirlo). Tiene un total de 5 palabras. Y se disfruta rápida y eficientemente.
El manga es un ejemplo del lenguaje visual que hoy predomina por sobre el texto.
¿Cuál técnica es mejor? Es una opinión muy personal, y no estamos induciendo si el comic USA o el manga Japones-coreano o las novelas gráficas belgas. Todos ellas tienen calidad significativa.
Evidentemente que, en todos los casos, prefiero que mi cerebro se active sin lectura, comprendiendo la historia desde los gráficos y no sentirme subdesarrollado mentalmente cuando que me dan un texto “masticado” que corre el riesgo de aburrir ¿Cuál es su caso?
¿Qué opinan ustedes? (y será mejor que termine para ser consistente en este estilo lacónico actual).
Más reseñas en su índice.
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