Editorial: Norma
Año: 2013
Guion: Zidrou
Dibujo: Raphael Beuchot
Reseña: Norberto
El mundo desde que ha tenido el pensamiento racional ha tenido la cualidad de abordar y plasmar su realidad según criterio de distintas manos, la escultura, la pintura, la música, el cine son algunos de los medios más increíble del mundo para plasmar su belleza, sus emociones. Muchas formas de artes nutren el alma de varias maneras, algunas conectan con viejas sensaciones, viejos recuerdos, y trascienden por mucho el simple entendimiento personal; el alma termina por sentirse identificada sin que el cerebro entienda el porqué. Para abordar la obra escrita de Zidrou y el dibujo de Raphael Beuchot, nos encontramos con temas que empáticamente adquieren sentido para entender áfrica como lo han sido la corrupción y la violencia durante el paso de los años, pero quizás la características más importante sobre la que se sostiene esta obra es sin lugar a dudas, el cuento.
La obra de la mano de Zidrou, narra la historia de un hombre llamado “erase una vez” que se aventura por el viejo continente con un carro viejo que le sirve como teatro ambulante, su mula y un pequeño amigo que proviene del Himalaya. Érase una vez visita pueblos con sus títeres hechos a manos (mejor dicho, pies) para contar y hacer nacer historias en todas las personas, de esta manera tenemos un gran número de personajes desde los más jóvenes hasta los más ancianos, desde los más imaginativos personajes hasta los elocuentes y realistas. Aprendemos de grandes mamíferos, príncipes, hasta objetos y animales que elocuentemente hablan; aunque sin detenernos aquí.
Llegamos a ver historias de temas amargos como la muerte, la violencia infantil o el matrimonio infantil hasta otros temas donde encontramos amistad, lealtad y justicia; vemos un poco de la historia de erase una vez, aunque termina por ser un abreboca, desplazado por el brillo de su determinación aun consiente de la crueldad de su propia realidad. Como el águila que cruza la tormenta para llevar alimentos a las crías.
Raphael Beuchot es el debutante que se encarga de abordar el apartado gráfico, toma la hermosa labor de traer a nosotros un dibujo colorido, hermoso y empáticamente divertido en el cual se plasma perfectamente el guion de Zidrou, podríamos decir que para un guion donde la injusticia, los títeres y la gran fauna africada son protagonistas, Raphael Beuchot termina por traernos un dibujo realmente brillante destacando las expresiones de sus personaje, junto a los pequeños guiños y detalles agregados como algunos hombres cocodrilos por allí. El colorido conscientemente termina por usarse como un elemento atrapante sobre los trazos lineales, a justa causa, Raphael Beuchot nos da a entender claramente que como los baobabs, vemos belleza en las imperfecciones las cuales terminan por resultar adorables.
La obra sirve como corte para la defensa del cuento, la imaginación, la literatura oral y sobre todo la voluntad. Una obra que usa un recurso tan importante para entender áfrica como es el cuento atemporal, nos permite hoy a los lectores poder entender el valor de la adversidad y el coraje a no dejar de soñar, aun cuando el mundo nos quiera despiertos. El Cuentacuentos Termina por ser un canto de vida, un abrazo a la muerte y un beso al amor en todas sus facetas. O sería mejor dicho como el mismo libro lo usa alrededor de la obra “Amarga como la muerte, dulce como la vida y suave como el amor…”
Disfruten su lectura y su pequeño viaje a la torre Eiffel, al Himalaya y en especial áfrica…
En el blog:
Más reseñas en su índice.
¿Te animás a escribir una reseña o crítica para el blog?